· Con nuestro guía Rossana llegamos hasta el mirador de la Explanada Castelletto. Allí tuvimos a Génova entera ante tus ojos: El casco antiguo, las casas con los tejados de pizarra, las torres y las cúpulas barrocas. Subimos con el bus desde el puerto y aparcamos en una plaza cercana a la zona del ascensor modernista.
· Tomamos un típico desayuno con cappuccino y focaccia salada en la plaza Ferrari.
· Continuamos para descubrir los característicos “caruggi”, las callejuelas del centro histórico. Encontrarás la casa de Cristóbal Colón y el Palacio Ducal, antigua residencia del Doge.
Después visitamos la Catedral de San Lorenzo y el antiguo Museo del Tesoro donde se conserva el “Sacro Catino” que, según la tradición, es copia del plato usado por Jesucristo en la última cena.
· La guía omitió la subida a la Tribuna del Doge, hasta la Loggia, quizás por la edad media de los cruceristas.
· Después de un interesante callejeo por el centro histórico, tomamos en el Palacio Imperial (del siglo XVI) un brunch gourmet con algunas especialidades locales, como las trofie al pesto, el cundigiun y el brandacujun acompañadas de vino blanco.
Palacio Imperial (Lugar de la comida)
· Después de la comida fuimos con el bus a Boccadasse: antiguo pueblo de pescadores situado en una pequeña bahía, con casas de colores, embarcaciones de madera y callejuelas empinadas, las “creuze”.
A continuación tomamos un helado artesanal, en una de las heladerías históricas de la ciudad. Casualmente no tenían helado de pannanera (nata y café) que es el típico de Génova.
· Antes de regresar a bordo, dimos un rodeo con el bus para acercarnos al faro de la Lanterna, símbolo de Génova para lugareños y foráneos.